CENTRO DE VARONES

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CENTRO INNOVANDO

lunes, 14 de octubre de 2013

LAS RUTAS DE APRENDIZAJE

a) Los aprendizajes, objeto y objetivo de nuestro trabajo.
Tal como lo establece el Proyecto Educativo Nacional (PEN), la principal razón de ser del sistema educativo es que los estudiantes aprendan. Por eso se propone como visión de futuro para la educación nacional, lograr aprendizajes que:
Sean para la vida, que permitan desarrollar capacidades para actuar en el mundo afrontando toda clase de retos, en el plano personal, social, productivo, ciudadano; y hacerlo en diferentes contextos. Por eso son aprendizajes que abarcan varias dimensiones de la persona.
Posibiliten seguir aprendiendo a lo largo de la vida, es decir, aprender a aprender con autonomía, eficacia y de manera permanente, lo que significa ir ampliando y progresando en el desarrollo de las competencias.
Sin embargo, se suele pensar que la principal función del sistema educativo y sus instituciones es sobre todo impartir enseñanza, y que el aprendizaje no está en su campo de responsabilidad. Si aprender es un derecho, esta idea debe ser superada y, tanto las instituciones educativas como el sistema escolar en su conjunto, deben asumir que su compromiso con los aprendizajes es su primera y mayor responsabilidad.
Principales factores que influyen en el aprendizaje
De acuerdo a los resultados de sucesivas evaluaciones censales, solo 3 de cada 10 niños de 2° grado comprenden lo que leen y solo 1,3 de 10 usa los números y las operaciones para resolver diversas situaciones problemáticas. Si la mayoría se encuentra en esta situación, la causa no puede limitarse a dificultades individuales en los estudiantes.
Las estadísticas también revelan que existen escuelas tanto rurales como públicas de zona urbana, incluso en regiones y zonas con alto índice de pobreza, que exhiben un buen rendimiento. Si bien es cierto son las menos, su sola existencia demuestra que las dificultades propias de determinados contextos sociales no son una causa determinante del bajo rendimiento escolar.
b) Nuestro rol como directores y docentes gestores del aprendizaje
Asegurar que todos los estudiantes aprendan, nos exige:
Reconocer que toda aula es heterogénea, que los estudiantes son diferentes entre sí y que no podemos eludir trabajar reconociendo estas diferencias, lo que supone conocer y valorar las propias características de nuestros estudiantes.
Hacer uso de diversas estrategias y herramientas para el proceso de enseñanza- aprendizaje.
Atender las diferencias y la diversidad, supone reconocer:
Que muchas veces la forma en la que habitualmente trabajamos no resulta eficaz para todos. Planificamos como si todos fueran iguales y nos centramos en una secuencia de temas antes que en el desarrollo de capacidades del estudiante.
Que solemos atribuir las causas del escaso o nulo aprendizaje de los estudiantes a ellos mismos o a sus familias: “no atienden”, “tienen problemas de aprendizaje”, “no tienen retención”, “están desnutridos”, “son pobres”, “sus familias no los apoyan”, etc.
En la medida que enseñamos ignorando las diferencias en el aula o colocamos las causas de las dificultades de los alumnos únicamente fuera de nuestro ámbito de control, los que no logran aprender se van atrasando. Unos enfrentan la repitencia perdiendo así la oportunidad de concluir su educación en el periodo oficial, otros abandonan la escuela porque terminan creyendo que no son buenos para el estudio.
Esto nos obliga a buscar las explicaciones en el propio sistema educativo que está dentro de nuestras posibilidades de decisión y acción.
a) El currículo
La principal herramienta con la que contamos los docentes para orientar nuestro trabajo pedagógico es el currículo, el cual debe precisar con claridad cuáles son los aprendizajes que se espera que los niños y adolescentes logren.
Para que un currículo cumpla bien su función, debe tener tres características: adecuada gradualidad, baja densidad y pertinencia
La gradualidad se refiere a que cada competencia se desarrolle de manera continua y progresiva a lo largo de los ciclos y niveles. Debe ser visible cómo en los primeros grados se sientan las bases y cómo se van consolidando y profundizando al pasar de un grado a otro.
La baja densidad se refiere a que la cantidad de contenidos debe ser proporcional al tiempo disponible durante el período de enseñanza. Una elevada concentración de contenidos hace imposible cumplir con la programación curricular.
La pertinencia alude a que las competencias y capacidades deben aplicarse para resolver problemas cotidianos en contextos y escenarios tanto reales o plausibles como diversos.
Pero nuestra realidad curricular responde poco a estas tres características:
Si bien la política curricular en las últimas dos décadas adoptó el enfoque de competencias, en diversos estudios se ha identificado imprecisiones e inconsistencias que reflejan falta de claridad en los aprendizajes a lograr a lo largo de los ciclos y niveles (IPEBA, 2012).
Tenemos un currículo denso cuyas demandas son poco factibles de lograr en toda su extensión en el tiempo previsto para hacerlo. A esto se suma el incumplimiento de las horas normadas de clase (PEN, pág. 67).
Según la IV Evaluación nacional del rendimiento estudiantil del 2004, los docentes del 53,4% de estudiantes de 6° de primaria admiten que no cubren la totalidad del currículo en lo que respecta a “producción de textos”; y los docentes del 66% de estudiantes de 6° de primaria no terminan lo programado en el área de matemática (MINEDU, 2005).
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b) La práctica pedagógica
No cabe duda que el docente es un factor clave para el aprendizaje. Esto incluye lo que sabe sobre la pedagogía y didáctica, su manejo disciplinar, así como lo que cree sobre sus estudiantes y sus posibilidades.
Algunas veces, ante la impotencia que sentimos porque los estudiantes no aprenden, pensamos que el problema está en ellos. Decimos, “él es lento”, “ella es hiperactiva”, “tiene problemas de atención”, sin basarnos en diagnósticos claros y precisos. Importantes investigaciones muestran que la mayoría de niños, niñas y adolescentes derivados a un especialista por sus profesores para evaluación diagnóstica, no sufría ningún déficit cognitivo y eran perfectamente capaces de aprender. Además todos los niños y niñas, y adolescentes aún con déficits diversos pueden aprender, si aprovechamos sus capacidades y alentamos sus logros de una manera consistente y positiva.
Existe una relación entre las bajas expectativas docentes y los bajos logros de aprendizaje. Éstas pueden ser trasmitidas directamente a los estudiantes a través de mensajes desalentadores sobre su potencial de aprendizaje. Pueden llevar también a que el docente proponga actividades excesivamente sencillas o de baja demanda cognitiva, por la creencia de que los estudiantes no podrán enfrentar tareas de mayor complejidad.
Por lo tanto, los docentes debemos convencernos de que todos los niños sin excepción tienen capacidades para aprender. Esta certeza es el punto de partida de nuestro trabajo pedagógico y un requisito indispensable para el éxito de nuestros esfuerzos.
Los docentes tenemos que saber sobre pedagogía, es decir, sobre la ciencia de enseñar y aprender, así como sobre didáctica, es decir, sobre los métodos y recursos que facilitan el aprendizaje en general, así como la didáctica específica a cada ámbito de aprendizaje.
c) Gestión escolar
Una mejor planificación y organización en la escuela, un mejor clima institucional, así como una mayor participación de las familias en los procesos educativos de sus hijos genera mejores condiciones de enseñanza para el docente y de aprendizaje para los estudiantes. Todo esto es posible si existe un liderazgo del director en la conducción de la institución educativa desde una gestión centrada en los aprendizajes.
Para que todas y todos los estudiantes logren las competencias fundamentales para su desarrollo personal y el progreso e integración nacional (Objetivo estratégico 2, resultado 1 del PEN), se necesita de:
Un Marco curricular nacional compartido, que sea intercultural, inclusivo e integrador; y que, a la vez, permita el desarrollo de currículos regionales que posibiliten la pertinencia a la diversidad del país.
Estándares nacionales de aprendizajes prioritarios, evaluados regularmente.
Ambas son políticas del Proyecto Educativo Nacional y vienen siendo implementadas por el Ministerio de Educación como parte de un esfuerzo mayor: la construcción de un Sistema Curricular Nacional. Los principales instrumentos de este sistema son:
El Marco curricular, que delimita y define los Aprendizajes Fundamentales que todas y todos los estudiantes tienen derecho a lograr a lo largo de la Educación Básica.
Estándares de aprendizaje o Mapas de progreso, que son expectativas de aprendizaje claras, precisas y medibles que describen lo que los estudiantes deben saber, saber hacer y valorar, al término de cada ciclo de la Educación Básica. Los estándares son de carácter nacional y han sido elaborados bajo la modalidad de Mapas de Progreso del Aprendizaje que describen la secuencia regular en la que avanzan los aprendizajes.
Las Rutas del Aprendizaje, son herramientas pedagógicas de apoyo a la labor del docente en el logro de los aprendizajes. Contienen: el enfoque, las competencias, las capacidades y sus indicadores, los estándares a alcanzar al término de cada ciclo, así como orientaciones pedagógicas y sugerencias didácticas3.
Estos tres instrumentos se constituyen en los orientadores y articuladores de los Currículos Regionales.
III. Las rutas del aprendizaje y el sistema curricular
Dado que los diversos componentes del Sistema Curricular – Marco curricular, Estándares de Aprendizaje, Rutas de Aprendizaje-se encuentran en proceso de construcción/validación, esta primera versión de las rutas de aprendizaje incluyen competencias y capacidades. Una vez aprobado el Marco curricular las competencias y capacidades serán parte de éste.
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El eje vertebrador de todo el Sistema Curricular son los aprendizajes fundamentales.
Por ello se ha iniciado un diálogo nacional para lograr un acuerdo claro entre una pluralidad de actores en todo el país acerca de qué es lo que todo niño, niña y adolescente que pasa por la educación básica, debe alcanzar como resultado; y que el Estado tendrá la obligación de asegurar. Como resultado de este proceso tendremos los Aprendizajes Fundamentales.
b) Las rutas del aprendizaje
Las rutas como instrumento pedagógico tienen las siguientes características:
Sus planteamientos metodológicos tienen un carácter flexible y pueden adaptarse a:
Las características y necesidades de aprendizaje de los estudiantes,
Las características y demandas del entorno social, cultural, lingüístico, geográfico, económico y productivo en el que se encuentran las instituciones educativas.
Los elementos claves en la organización de las rutas son las competencias y sus capacidades. Están planteadas para toda la educación básica, es decir, son las mismas competencias y capacidades para toda la trayectoria escolar, cuyo avance y desarrollo progresivo se puede observar a través de indicadores por cada grado y nivel. Al contar con indicadores por grado podremos orientar mejor nuestra labor pedagógica, atendiendo las necesidades de cada uno/a de nuestros estudiantes.
Las competencias son definidas como un saber actuar en un contexto particular en función de un objetivo y/o la solución a un problema. Este saber actuar debe ser pertinente a las características de la situación y a la finalidad de nuestra acción. Para tal fin, se selecciona o se pone en acción las diversas capacidades y recursos del entorno.
Orientan el trabajo de los docentes en cada uno de los grados y ciclos de la Educación Básica para alcanzar los estándares establecidos en los mapas de progreso al fin de cada ciclo.
Permiten visualizar y comprender la articulación de los aprendizajes del grado anterior, favoreciendo el tránsito de un ciclo a otro en la Educación Básica. Por ejemplo, el fascículo del III ciclo se presentan los indicadores con los cuales debe llegar el niño y niña de inicial a la primaria.
Al ser un número menor de competencias y capacidades y ser las mismas a lo largo de toda la escolaridad, es más fácil que los docentes, estudiantes y familias manejen los aprendizajes que se esperan lograr.
¿Qué documentos e instrumentos componen las Rutas del Aprendizaje?
Hacer uso efectivo de saberes matemáticos para afrontar desafíos diversos

Un aprendizaje fundamental en la escuela que queremos Hoy el Perú tiene un compromiso: mejorar los aprendizajes “Todos podemos aprender, nadie se queda atrás”

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