a) Los
aprendizajes, objeto y objetivo de nuestro trabajo.
Tal como
lo establece el Proyecto Educativo Nacional (PEN), la principal razón de ser
del sistema educativo es que los estudiantes aprendan. Por eso se propone como
visión de futuro para la educación nacional, lograr aprendizajes que:
Sean
para la vida, que permitan desarrollar capacidades para actuar en el mundo
afrontando toda clase de retos, en el plano personal, social, productivo, ciudadano;
y hacerlo en diferentes contextos. Por eso son aprendizajes que abarcan varias
dimensiones de la persona.
Posibiliten
seguir aprendiendo a lo largo de la vida, es decir, aprender a aprender con
autonomía, eficacia y de manera permanente, lo que significa ir ampliando y
progresando en el desarrollo de las competencias.
Sin
embargo, se suele pensar que la principal función del sistema educativo y sus
instituciones es sobre todo impartir enseñanza, y que el aprendizaje no está en
su campo de responsabilidad. Si aprender es un derecho, esta idea debe ser
superada y, tanto las instituciones educativas como el sistema escolar en su
conjunto, deben asumir que su compromiso con los aprendizajes es su primera y
mayor responsabilidad.
Principales
factores que influyen en el aprendizaje
De
acuerdo a los resultados de sucesivas evaluaciones censales, solo 3 de cada 10
niños de 2° grado comprenden lo que leen y solo 1,3 de 10 usa los números y las
operaciones para resolver diversas situaciones problemáticas. Si la mayoría se
encuentra en esta situación, la causa no puede limitarse a dificultades
individuales en los estudiantes.
Las
estadísticas también revelan que existen escuelas tanto rurales como públicas
de zona urbana, incluso en regiones y zonas con alto índice de pobreza, que
exhiben un buen rendimiento. Si bien es cierto son las menos, su sola
existencia demuestra que las dificultades propias de determinados contextos sociales
no son una causa determinante del bajo rendimiento escolar.
b) Nuestro
rol como directores y docentes gestores del aprendizaje
Asegurar
que todos los estudiantes aprendan, nos exige:
Reconocer
que toda aula es heterogénea, que los estudiantes son diferentes entre sí y que
no podemos eludir trabajar reconociendo estas diferencias, lo que supone
conocer y valorar las propias características de nuestros estudiantes.
Hacer
uso de diversas estrategias y herramientas para el proceso de enseñanza-
aprendizaje.
Atender
las diferencias y la diversidad, supone reconocer:
Que
muchas veces la forma en la que habitualmente trabajamos no resulta eficaz para
todos. Planificamos como si todos fueran iguales y nos centramos en una secuencia
de temas antes que en el desarrollo de capacidades del estudiante.
Que
solemos atribuir las causas del escaso o nulo aprendizaje de los estudiantes a
ellos mismos o a sus familias: “no atienden”, “tienen problemas de
aprendizaje”, “no tienen retención”, “están desnutridos”, “son pobres”, “sus
familias no los apoyan”, etc.
En la
medida que enseñamos ignorando las diferencias en el aula o colocamos las
causas de las dificultades de los alumnos únicamente fuera de nuestro ámbito de
control, los que no logran aprender se van atrasando. Unos enfrentan la
repitencia perdiendo así la oportunidad de concluir su educación en el periodo
oficial, otros abandonan la escuela porque terminan creyendo que no son buenos
para el estudio.
Esto nos
obliga a buscar las explicaciones en el propio sistema educativo que está
dentro de nuestras posibilidades de decisión y acción.
a) El
currículo
La
principal herramienta con la que contamos los docentes para orientar nuestro
trabajo pedagógico es el currículo, el cual debe precisar con claridad cuáles
son los aprendizajes que se espera que los niños y adolescentes logren.
Para que
un currículo cumpla bien su función, debe tener tres características: adecuada
gradualidad, baja densidad y pertinencia
La
gradualidad se refiere a que cada competencia se desarrolle de manera continua
y progresiva a lo largo de los ciclos y niveles. Debe ser visible cómo en los
primeros grados se sientan las bases y cómo se van consolidando y profundizando
al pasar de un grado a otro.
La baja
densidad se refiere a que la cantidad de contenidos debe ser proporcional
al tiempo disponible durante el período de enseñanza. Una elevada concentración
de contenidos hace imposible cumplir con la programación curricular.
La
pertinencia alude a que las competencias y capacidades deben aplicarse para
resolver problemas cotidianos en contextos y escenarios tanto reales o
plausibles como diversos.
Pero
nuestra realidad curricular responde poco a estas tres características:
Si bien
la política curricular en las últimas dos décadas adoptó el enfoque de
competencias, en diversos estudios se ha identificado imprecisiones e
inconsistencias que reflejan falta de claridad en los aprendizajes a lograr a
lo largo de los ciclos y niveles (IPEBA, 2012).
Tenemos
un currículo denso cuyas demandas son poco factibles de lograr en toda su
extensión en el tiempo previsto para hacerlo. A esto se suma el incumplimiento
de las horas normadas de clase (PEN, pág. 67).
Según la
IV Evaluación nacional del rendimiento estudiantil del 2004, los docentes del
53,4% de estudiantes de 6° de primaria admiten que no cubren la totalidad del
currículo en lo que respecta a “producción de textos”; y los docentes del 66%
de estudiantes de 6° de primaria no terminan lo programado en el área de
matemática (MINEDU, 2005).
4
b) La
práctica pedagógica
No cabe
duda que el docente es un factor clave para el aprendizaje. Esto incluye lo que
sabe sobre la pedagogía y didáctica, su manejo disciplinar, así como lo que
cree sobre sus estudiantes y sus posibilidades.
Algunas
veces, ante la impotencia que sentimos porque los estudiantes no aprenden,
pensamos que el problema está en ellos. Decimos, “él es lento”, “ella es
hiperactiva”, “tiene problemas de atención”, sin basarnos en diagnósticos
claros y precisos. Importantes investigaciones muestran que la mayoría de
niños, niñas y adolescentes derivados a un especialista por sus profesores para
evaluación diagnóstica, no sufría ningún déficit cognitivo y eran perfectamente
capaces de aprender. Además todos los niños y niñas, y adolescentes aún con
déficits diversos pueden aprender, si aprovechamos sus capacidades y alentamos
sus logros de una manera consistente y positiva.
Existe
una relación entre las bajas expectativas docentes y los bajos logros de
aprendizaje. Éstas pueden ser trasmitidas directamente a los estudiantes a
través de mensajes desalentadores sobre su potencial de aprendizaje. Pueden
llevar también a que el docente proponga actividades excesivamente sencillas o
de baja demanda cognitiva, por la creencia de que los estudiantes no podrán
enfrentar tareas de mayor complejidad.
Por lo
tanto, los docentes debemos convencernos de que todos los niños sin excepción
tienen capacidades para aprender. Esta certeza es el punto de partida de
nuestro trabajo pedagógico y un requisito indispensable para el éxito de
nuestros esfuerzos.
Los
docentes tenemos que saber sobre pedagogía, es decir, sobre la ciencia
de enseñar y aprender, así como sobre didáctica, es decir, sobre los
métodos y recursos que facilitan el aprendizaje en general, así como la
didáctica específica a cada ámbito de aprendizaje.
c) Gestión
escolar
Una
mejor planificación y organización en la escuela, un mejor clima institucional,
así como una mayor participación de las familias en los procesos educativos de
sus hijos genera mejores condiciones de enseñanza para el docente y de
aprendizaje para los estudiantes. Todo esto es posible si existe un liderazgo
del director en la conducción de la institución educativa desde una gestión
centrada en los aprendizajes.
Para que
todas y todos los estudiantes logren las competencias fundamentales para su
desarrollo personal y el progreso e integración nacional (Objetivo estratégico
2, resultado 1 del PEN), se necesita de:
Un Marco
curricular nacional compartido, que sea intercultural, inclusivo e integrador;
y que, a la vez, permita el desarrollo de currículos regionales que posibiliten
la pertinencia a la diversidad del país.
Estándares
nacionales de aprendizajes prioritarios, evaluados regularmente.
Ambas
son políticas del Proyecto Educativo Nacional y vienen siendo implementadas por
el Ministerio de Educación como parte de un esfuerzo mayor: la construcción de
un Sistema Curricular Nacional. Los principales instrumentos de este
sistema son:
El Marco
curricular, que delimita y define los Aprendizajes Fundamentales que todas y
todos los estudiantes tienen derecho a lograr a lo largo de la Educación
Básica.
Estándares
de aprendizaje o Mapas de progreso, que son expectativas de
aprendizaje claras, precisas y medibles que describen lo que los estudiantes
deben saber, saber hacer y valorar, al término de cada ciclo de la Educación
Básica. Los estándares son de carácter nacional y han sido elaborados bajo la
modalidad de Mapas de Progreso del Aprendizaje que describen la secuencia
regular en la que avanzan los aprendizajes.
Las Rutas
del Aprendizaje, son herramientas pedagógicas de apoyo a la labor del docente en
el logro de los aprendizajes. Contienen: el enfoque, las competencias, las
capacidades y sus indicadores, los estándares a alcanzar al término de cada
ciclo, así como orientaciones pedagógicas y sugerencias didácticas3.
Estos
tres instrumentos se constituyen en los orientadores y articuladores de los
Currículos Regionales.
III. Las rutas
del aprendizaje y el sistema curricular
Dado que los
diversos componentes del Sistema Curricular – Marco curricular, Estándares de
Aprendizaje, Rutas de Aprendizaje-se encuentran en proceso de
construcción/validación, esta primera versión de las rutas de aprendizaje
incluyen competencias y capacidades. Una vez aprobado el Marco curricular las
competencias y capacidades serán parte de éste.
6
El eje
vertebrador de todo el Sistema Curricular son los aprendizajes fundamentales.
Por ello
se ha iniciado un diálogo nacional para lograr un acuerdo claro entre una
pluralidad de actores en todo el país acerca de qué es lo que todo niño, niña y
adolescente que pasa por la educación básica, debe alcanzar como resultado; y
que el Estado tendrá la obligación de asegurar. Como resultado de este proceso
tendremos los Aprendizajes Fundamentales.
b) Las
rutas del aprendizaje
Las
rutas como instrumento pedagógico tienen las siguientes características:
Sus
planteamientos metodológicos tienen un carácter flexible y pueden adaptarse a:
Las
características y necesidades de aprendizaje de los estudiantes,
Las
características y demandas del entorno social, cultural, lingüístico,
geográfico, económico y productivo en el que se encuentran las instituciones
educativas.
Los
elementos claves en la organización de las rutas son las competencias y sus
capacidades. Están planteadas para toda la educación básica, es decir, son las
mismas competencias y capacidades para toda la trayectoria escolar, cuyo avance
y desarrollo progresivo se puede observar a través de indicadores por cada
grado y nivel. Al contar con indicadores por grado podremos orientar mejor nuestra
labor pedagógica, atendiendo las necesidades de cada uno/a de nuestros
estudiantes.
Las
competencias son definidas como un saber actuar en un contexto particular en
función de un objetivo y/o la solución a un problema. Este saber actuar debe
ser pertinente a las características de la situación y a la finalidad de
nuestra acción. Para tal fin, se selecciona o se pone en acción las diversas
capacidades y recursos del entorno.
Orientan
el trabajo de los docentes en cada uno de los grados y ciclos de la Educación
Básica para alcanzar los estándares establecidos en los mapas de progreso al
fin de cada ciclo.
Permiten
visualizar y comprender la articulación de los aprendizajes del grado anterior,
favoreciendo el tránsito de un ciclo a otro en la Educación Básica. Por
ejemplo, el fascículo del III ciclo se presentan los indicadores con los cuales
debe llegar el niño y niña de inicial a la primaria.
Al ser
un número menor de competencias y capacidades y ser las mismas a lo largo de
toda la escolaridad, es más fácil que los docentes, estudiantes y familias manejen
los aprendizajes que se esperan lograr.
¿Qué
documentos e instrumentos componen las Rutas del Aprendizaje?
Hacer uso
efectivo de saberes matemáticos para afrontar desafíos diversos
Un
aprendizaje fundamental en la escuela que queremos Hoy el
Perú tiene un compromiso: mejorar los aprendizajes “Todos podemos aprender,
nadie se queda atrás”
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